Publicado en Revista Intemperie
La Red no encontró nada mejor que
adelantar la celebración del día del trabajador con el finiquito a varios de
sus rostros y formatos de los que ya nos estábamos acostumbrando y, de los
cuales muchos estábamos agradecidos por la creación de programas más originales que
se preocupaban de la generación de contenidos más inclusivos con un tono levemente
progresista. El año 2013 nos sorprendió con la serie documental Chile se moviliza, serie que contaba lo
vivido en los movimientos ciudadanos que ocurrieron en nuestro país durante los
últimos años. En la tardes La Red venía trabajando en un noticiero más versátil
con Felipe Vidal que logra su consolidación con Beatriz Sánchez en Hora 20 y con Hora 07 en la mañanas. A esto se suma, el programa Mentiras Verdaderas que en varias
oportunidades lograban ser Trending Topic con el espacio esperado de muchos
lunes Chile a prueba de Jiles, al
igual que el formato de actualidad y opinión ciudadana de Nicolás Copano el
programa Vigilantes y a esto se suma
Felipe Vidal, quien tenía un espacio de análisis crítico en Así somos. El jueves 30 de abril La Red sabe que perdió varios
telespectadores con el cierre de estos espacios, pero el canal no optó por estas
decisiones de manera arbitriaria, sino que es una víctima de lo que Pamela
Jiles llamaba la elite.
La desaparición de estos espacios
comienzan desde junio del año pasado, cuando Pamela Jiles anuncia el cierre de
esta sección, en la que explicaba los conflictos políticos nacionales a través
de su pizarra que era dividida por la elite y la calle. En su despedida señala que “(…) la elite desde el primer día y hasta esta semana ocupó todas
las formas de lucha para deshacerse de esta sección.”. El día jueves la Red
declara que el final de estos tres programas se debe
al difícil escenario que vive la televisión chilena en el plano económico, consecuencia de una pérdida de 4 mil millones el año pasado más la disminución de
inversión publicitaria, según informa La Tercera. El déficit económico no
permite mantener estos formatos y si lo observamos de un punto de vista más al
estilo de la abuela, estos espacios
que en su momento tenían varios auspiciadores y, que ahora más de uno hayan dejado de invertir precisamente en éstos, nos da la sensación de gato encerrado. El canal privado había logrado
construir una identidad alejada de Indiana
Jones y de La rosa de Guadalupe,
había logrado captar audiencia que quería ver más contenido crítico en
televisión, durante el último año la clase política ha sido el blanco de esas
críticas y, si ya tenemos el antecedente del cierre de la sección de Pamela
Jiles, no queda más que unir los hilos a lo House
of cards y concluir que a la llamada elite no le conviene que el
televidente adquiera este contenido con nudos cognitivos que nos incitan a la
reflexión, tal vez les conviene que nos sigamos entreteniendo y alejarnos de
ese territorio peligroso que ya nos entrega internet.
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