Tinder es una red geosocial para conocer personas en base a sus preferencias, fotografías de perfil y a los kilómetros de distancia del cual se encuentra el otro; factor que parece novedoso en comparación con otros sitios de citas. Lo interesante, es que no puedes hablar con cualquiera, sino que primero debes ir pasando una serie de perfiles e indicar con tu dedo hacia la izquierda si no te gusta y a la derecha si lo apruebas. En el caso que ambos se gusten se hace “match” es ahí donde recién pueden iniciar una conversación. Esta aplicación para Android e IOS se ha vuelto muy popular en la población soltera ¿pero a qué responde esta popularidad?
Las relaciones interpersonales han
sido una de las consecuencias directas de la sociedad de consumo, la cual no
sólo ha abarcado el ámbito económico, sino que además ha tenido repercusiones
en los valores de los individuos, gracias a uno de sus ideales más imponente: “la libertad de elección”.
La libertad de elección conlleva
ideas como la flexibilidad, que se traduce a la capacidad de adaptación a los
cambios que son cada vez más instantáneos y a la habilidad de generar estos
cambios. Para obtener la libertad, la movilidad es fundamental; pues sin
movilidad se podrían estar perdiendo oportunidades o peor aún, deseos que
podrían ser satisfechos. Es por esta razón que la idea “hasta que la muerte nos
separe” coarta precisamente la movilidad, la capacidad de elección del
individuo y la inversión de tiempo es mucho mayor, factor vital en esta era. Es
en este contexto que nace una aplicación como Tinder.
Debemos tener presente que el éxito
de Tinder no es azaroso, pues responde precisamente a las necesidades que la
sociedad de consumo ha creado. Pese a estar solteros a nadie le gusta estar
solo, pero tampoco se quiere establecer un compromiso a largo plazo, porque la
monogamia o la exclusividad sexual priva
de la satisfacción de deseos jamás experimentados, que se tornan una tentación
prometedora. Lo que Tinder facilita es evitar el tener que salir al encuentro
de una pareja al mundo, por lo que el ahorro de la inversión de tiempo para
establecer una nueva relación se reduce, lo cual lo hace más atractivo aún, dado que tienes un
catálogo donde los usuarios deben construirse como seres interesantes para que
el dedo vaya a la derecha, es decir deben saber venderse como producto amoroso
que pueda cumplir las expectativas del otro por medio de las fotos presentadas.
Podemos señalar que por medio de esta aplicación,
somos capaces de convertirnos en objetos de consumo y al mismo tiempo de ver a
otros como producto. Esto se debe a que los vínculos personales han sido presos
del proceso de licuefacción del sistema económico, es decir todo lo que sea
durable o que se necesite profundizar se descarta, por lo que una relación
fugaz hace que nos podamos sentir menos solos y al mismo tiempo no invade ni
limita nuestra capacidad de movilizarnos en el mundo, pues es posible
utilizarla en cualquier punto del planeta. A esto se suma, la idea que esta
aplicación no es para encontrar el amor de tu vida, sino que sirve para
coquetear y buscar encuentros de sexo casual, para luego buscar a otro
individuo con quien coquetear o concertar una nueva cita, porque después de un
encuentro podemos seguir examinando a otro en nuestro horario de oficina, o
mientras vamos en el metro. La necesidad de ir a un bar para conocer gente
nueva se reduce a tener tu Smartphone con internet móvil, mientras no lo estás usando
sabes que estás perdiendo oportunidades de hacer algunos cuantos match, porque al hacer varios, tienes la
convicción de que te has convertido en uno de los objetos más deseados del
mercado dentro del amplio catálogo que ofrece Tinder.
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